jueves, 17 de octubre de 2013

Las dos culturas...



Comenzaré esta nueva entrada presentándoos al creador de el término "Las dos culturas" :

El polifacético C. P. Snow, físico y novelista británico del siglo pasado que os muestro en la fotografía de la derecha . Y sí, he dicho "físico" y "novelista". De momento no me he vuelto loca, ya que como ya he dicho, la versatilidad de este hombre le permitía trabajar por el día en la física y relacionarse por la noche con novelistas y escritores, así como escribir más de 20 novelas.

Este amplio ámbito cultural le dio la oportunidad de reflexionar sobre su teoría respecto a la separación entre lo que el se refiere como "las dos culturas", es decir, la distancia entre las dos ramas de la cultura en general: letras y ciencias.

Él hizo una especie de experimento sociológico, del que sacó esta conclusión, y cito textualmente (parece largo, pero es interesante y revelador) :


"Son muchos los días que he pasado con científicos las horas de trabajo para salir luego de noche a reunirme con colegas literatos. Y, viviendo entre dichos grupos, se me fue planteando el problema que desde mucho antes de confiarlo al papel había bautizado en mi fuero interno con el nombre de "las dos culturas".

Son dos grupos polarmente antitéticos: los intelectuales literarios en un polo, y en el otro los científicos. Entre ambos polos, un abismo de incomprensión mutua; algunas veces (especialmente entre los jóvenes) hostilidad y desagrado, pero más que nada falta de entendimiento recíproco.

Los científicos creen que los intelectuales literarios carecen por completo de visión anticipadora, que viven singularmente desentendidos de sus hermanos los hombres, que son en un profundo sentido anti-intelectuales, anhelosos de reducir tanto el arte como el pensamiento al momento existencial.

Cuando los no científicos oyen hablar de científicos que no han leído nunca una obra importante de la literatura, sueltan una risita entre burlona y compasiva. Los desestiman como especialistas ignorantes. Una o dos veces me he visto provocado y he preguntado [a los no científicos] cuántos de ellos eran capaces de enunciar el Segundo Principio de la Termodinámica. La respuesta fue glacial; fue también negativa. Y sin embargo lo que les estaba preguntado sería más o menos el equivalente científico de "¿Ha leído usted alguna obra de Shakespeare?"


Ahora creo que si yo hubiera hecho una pregunta aún más simple como ¿Qué entiende usted por masa, o aceleración, que es el equivalente científico de decir «¿Sabes leer?» no mas de uno de cada diez habrían sentido que yo estaba hablando el mismo idioma. Por lo tanto, mientras el gran edificio de la física moderna crece, la mayoría de la gente inteligente en Occidente tiene el mismo conocimiento científico que habría tenido su antepasado del neolítico.

"Recuerdo que G.H. Hardy me dijo un poco sorprendido allá por los años treinta: "¿Te has dado cuenta de cómo se utiliza la palabra "intelectual" en estos días?. Parece tener una nueva definición que, definitivamente, no incluye ni a Rutherford, ni a Edington, ni a Dirac, ni a Adrian, ni a mí. Es un poco raro, ¿no te parece? 

Los intelectuales literatos en un polo, y los científicos en el otro, con los físicos como los más representativos. Y entre ambos, un abismo de mutua incomprensión. Cada uno tiene una imagen curiosa y deformada del otro. Sus actitudes son tan distintas que no pueden encontrar mucho terreno en común, ni siquiera en el nivel emotivo. Los no científicos suelen pensar que los científicos son presuntuosos y arrogantes..."

(Una tarde de mayo hace 53 años en su Conferencia de Cambridge)

Como habéis podido comprobar, la separación entre las dos ramas culturales es abismal, y en ocasiones problemática  ya que la visión de la cultura es reducida y la variedad de conocimientos limitada, porque la mayoría de las personas centrarían sus estudios en una pequeña parte de nuestra gran cultura.

En cambio, mi opinión es bien distinta a la de Snow:

La separación tan abismal es innecesaria, pero realmente ésto permite la especialización de la rama que realmente nos interesa, y así poder crear "eruditos" de la física o las matemáticas y de literatura o filología.¿Qué hay de malo en esto? Absolutamente nada, aunque claro, siempre es necesario cierta comunicación entre estos, puesto que, como ya he dicho, las dos ramas forman la unidad denominada cultura, y la una sin la otra son mitades incompletas. Pero claro, quien tiene interés en una de las dos no va a esforzarse en terminar la unidad, por lo que creo que la educación debería encargarse de la creación de intelectuales, y a parte, si uno tiene interés en terminar su "buffet" de conocimientos tiene que encargarse personalmente.

Además, si lo que en mi opinión es políticamente correcto eso de decir que dicha separación es el monstruo de la sociedad, ¿por qué el sistema educativo se encarga él "solito" de producirla? Es decir, ¿el hecho de que la exigencia hacia la rama científica sea mucha mayor que a la humanística no os dice nada? 

Bien cierto es que esta opinión ha sido creada por una, espero, futura científica, que se incluye en el saco de científicos engreídos, puesto que opino que la importancia de la ciencia es mayor que el latín o el análisis morfosintáctico. 

¿Cómo vamos de inglés? Bueno, aquí os dejo un vídeo que habla sobre las dos culturas pero del cual no he conseguido los subtítulos en español (siempre os queda la opción de subtitulación del propio reproductor de Youtube, la cual no recomiendo...):  




Finalmente, os dejo enlaces para que os informéis más sobre este tema y os forméis vuestra propia opinión:

La Aldea Irreductible: Aniversario de las dos culturas de C.P. Snow
C.P. Snow: La relación entre las dos culturas
Charles Percy Snow - Wikipedia, la enciclopedia libre
Las dos culturas - Wikipedia, la enciclopedia libre
Las Dos Culturas - Universidad de Chile (os recomiendo que os centréis en las diapositivas de la 21 a la 27)



¡Espero que os haya resultado interesante!






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